04_Eguiluz_y_Hern_ndez

Icnofósiles en la Formación Ahuichila, noreste de México

Ichnofossils in the Ahuichila Formation, northeastern Mexico

Samuel Eguiluz-de Antuñano1,*; María Isabel Hernández Ocaña2

1 Consultor, Ciudad de México; Rinconada Precolombina 103, CDMX.

2 Goldengeociencias, Nuevo León; Cádiz No. 827, Colonia Anzures, Benito Juárez.

* seguiluz662@gmail.com

Resumen

En la Formación Auhichila hay trazas fósiles que se identifican a nivel icnogenérico como Planolites, Palaeophycus, Cochlichnus, Thalassinoides, Camborygma y ?Protovirgularia, así como rizolitos. Estas trazas posiblemente se asocian con la icnofacies Scoyenia, la cual se caracteriza por desarrollarse en sedimentos detríticos bien oxigenados de planicies de inundación y litoral lacustre. Se describe por primera vez la taxonomía de icnogéneros del Paleógeno en depósitos continentales en el noreste de México. Ante la carencia de fósiles, el conjunto icnogenérico ratifica el ambiente de depósito previamente interpretado. Tobas de extracuenca intercaladas en la sucesión datan al depósito como Oligoceno. La Formación Ahuichila tiene asociaciones de litofacies que se interpretan como sub-ambientes de abanico aluvial, fluvial, evaporítico y lacustre somero, en ellos se alojan selectivamente los icnogéneros estudiados. El conjunto de trazas se encuentra en condiciones de flujo hidrodinámico variable, con alternancia de condiciones húmedas y áridas durante su depósito. Deformación de sedimento blando se vincula con la evolución sintectónica de esta formación.

Palabras clave: ambiente fluvio-lacustre, Camborygma, Cochlichnus, Palaeophycus, Planolites, Thalassinoides.

Abstract

In the Auhichila Formation there are ichnofossils identified at the ichnogeneric level as Planolites, Palaeophycus, Cochlichnus, Thalassinoides, Camborygma and ?Protovirgularia, as well as rhizolites. These fossil traces are linked to the Scoyenia ichnofacies, developed in well-oxygenated detrital sediments of floodplains and lake shorelines. For the first time, Paleogene ichnogenera are described in continental deposits in northeastern Mexico. Given the lack of fossils, the ichnogeneric group confirms the previously interpreted deposition environment. Extra-basin tuffs interspersed in the succession dated the deposit to the Oligocene. The Ahuichila Formation has lithofacies associations that are interpreted as alluvial, fluvial, evaporite and shallow lacustrine sub-environments, the studied ichnogenera are selectively housed in them. The set of traces is found in conditions of variable hydrodynamic flow, with alternating humid and arid conditions during their deposition. Soft sediment deformation is linked to the syntectonic evolution of this formation.

Keywords: Camborygma, Cochlichnus, fluvio-lacustrine environment, Palaeophycus, Planolites, Thalassinoides.

1. Introducción

Las trazas fósiles, ante la ausencia de fósiles, son estructuras que ayudan a interpretar las condiciones ambientales de un depósito sedimentario continental o marino, debido a que la preservación de los icnofósiles es distinta a las de los fósiles corporales. Por ejemplo, algunos organismos de cuerpo blando suelen producir un mocus que ayuda a la precipitación de minerales (Buatois y Mángano, 2008). El estudio de los icnofósiles es un valioso complemento en el análisis de facies sedimentarias y puede ayudar a confirmar o a refinar las interpretaciones de los parámetros paleoambientales como la energía del medio, el tipo de grano, la consolidación del sustrato, batimetría, oxigenación, entre otros aspectos, o bien para proporcionar interpretaciones alternativas (Buatois y Mángano, 2008; 2011).

La carencia de restos fósiles diagnósticos, hasta el momento, en la Formación Ahuichila motiva a los autores a combinar métodos alternos como la identificación icnológica, estratigrafía y sedimentología, con objeto de interpretar el ambiente y sub-ambientes en que se depositaron estas rocas sedimentarias siliciclásticas, carbonatadas y evaporíticas. Este trabajo reporta diversos icnogéneros, con sus correspondientes descripciones, asociados a depósitos continentales (fluviolacustres) en el noreste de México, en un entorno tectónico inestable de la Formación Ahuichila (Oligoceno), que aflora en el bajío del mismo nombre, en el estado de Coahuila.

Como antecedentes, Kellum (1932, 1936) describió una unidad conglomerática cenozoica formada por bloques y guijas de caliza, capas de ceniza volcánica y tufa (caliza impura), expuesta en las sierras de Jimulco, España y Praderones, las cuales están distribuidas en Coahuila, Zacatecas y Durango. Schulze (1953) refirió depósitos sedimentarios y volcánicos del Cenozoico en las sierras de la Comarca Lagunera y concluyó que existió vulcanismo previo al depósito de capas de conglomerado compuesto principalmente por clastos de caliza; durante la sedimentación de este conglomerado, el vulcanismo cesó y después continuó. Rogers et al. (1956) propusieron el nombre de Formación Ahuichila y designaron su localidad tipo en el bajío del mismo nombre (Figura 1). Para esta formación describieron dos unidades, la unidad inferior con un espesor de ~30 metros, compuesta por capas de arenisca y tobas interestratificadas, con capas delgadas de yeso y estratos ricos con material carbonoso en donde encontraron impresiones de plantas y fragmentos de tallos. La unidad superior es muy potente (> 200 metros), compuesta por conglomerado aparentemente masivo, formado mayormente por guijarros y bloques de caliza, arenisca, pedernal y rocas volcánicas subordinadas. Con base en una comparación subjetiva con el Conglomerado Rojo de Guanajuato estudiado por Edwards (1955) y por Fries et al. (1955), Rogers et al. (op. cit.) a la Formación Ahuichila se le asignó una edad del Eoceno Tardío. Tardy (1980) documentó que la Formación Ahuichila se divide en tres miembros (conglomerado en la base, arenisca y lutita con yeso en la parte media y limolita en la cima), con más de 500 m de espesor y que yace en discordancia angular sobre las rocas marinas plegadas del Cretácico, e interpretó a esta formación como un depósito de molasa acumulado durante el Paleoceno Tardío y el Mioceno Temprano. Ramírez-Peña et al. (2019) argumentan que la Formación Ahuichila se acumuló en el Paleoceno. Eguiluz-de Antuñano et al. (2022a) describieron las características litológicas que sirven para identificar cuatro asociaciones de litofacies con subambientes de abanico aluvial, fluvial, evaporítico y lacustre somero intermitente, conjunto que diagnostica un clima variable de humedad y aridez durante su depósito, en una cuenca continental cerrada (Figura 1). Granos de circones obtenidos en tobas de la Formación Ahuichila tienen edades U-Pb de 26.4 + 1.1/-0.4 Ma con el método TuffZirc, mientras que de una capa de arenisca en la parte inferior de esta formación se obtuvo una edad promedio ponderada de 28.1 + 0.5 Ma (Eguiluz-de Antuñano et al., 2022b). Por lo tanto, el depósito de la Formación Ahuichila se puede situar en el Oligoceno. El presente trabajo contribuye al conocimiento existente de la Formación Ahuichila mediante el estudio de sus icnofósiles.

2. Litofacies, icnogéneros y ambientes de depósito de la Formación Ahuichila

Con base en las características litológicas de la Formación Ahuichila en afloramientos del Bajío de Ahuichila (Figura 1), se reconocen cuatro litofacies (Eguiluz-de Antuñano et al., 2022a). El criterio empleado para definir cada litofacies es la litología, tamaño de grano, estructuras sedimentarias primarias y estructuras sedimentarias biogénicas. Mediante el diagrama ternario de McBride (1963) se clasificó con lupa el tipo de arenisca que integra la suma de cuarzo, pedernal y cuarcita en un extremo y segrega al contenido de feldespato y fragmentos de líticos en extremos opuestos. La clasificación textural de Dunham (1962) se utilizó para roca caliza. Con cámara digital y escala apropiada se obtuvieron imágenes in situ de varios tipos de trazas fósiles, en diferentes niveles estratigráficos y en varias localidades que son citadas en este texto (Tabla 1). Las estructuras dejadas por la biodiversidad orgánica en el registro geológico se describieron morfológicamente, en donde se consideró la longitud y grosor del trazo, posición en las capas, características del rastro y el índice de bioturbación (IB) de acuerdo con la propuesta de Taylor y Goldring (1993). Las imágenes digitales obtenidas de las trazas en el afloramiento se identificaron en gabinete a nivel de icnogénero; la resolución, preservación, o inclusión de la traza dentro de la roca, no permitió la identificación de icnoespecie. La abundancia relativa de las trazas varía de escasa a moderada, por lo que no fueron recuperados ejemplares físicos con objeto de dejar los icnofósiles in situ para estudios futuros más detallados.

Las características litológicas (con énfasis en las estructuras sedimentarias), aquí son interpretadas como indicadores de energía hidrodinámica y consolidación del sustrato, que, aunado al conjunto icnológico, dieron la pauta para interpretar parámetros paleoecológicos, que conducen a considerar que los icnogéneros se relacionan con la icnofacies Scoyenia (Seilacher, 1987; Buatois y Mángano, 1995, 1996), como se describirá más adelante.

2.1. Litofacies de ortoconglomerado

Esta litofacies (Figura 1) está formada por ortoconglomerado y escasa ortobrecha, en donde dominan clastos de caliza y arenisca. Estos ortoconglomerados tienen espesor de ~400 m cuando están en la base de la sección, o más de 200 m cuando están en la cima (Eguiluz-de Antuñano et al., 2022a). En esta litofacies no se observaron trazas fósiles.

2.2. Litofacies de litarenita -limolita- lutita

La sucesión de ortoconglomerado que está en la base, cambia de forma gradual, en corto espacio, a litarenita de grano grueso a grano mediano (Figura 1). La sucesión de litarenita, limolita y lutita tiene capas bien definidas, delgadas a medianas lateralmente continuas, con estratificación laminar y estratificación cruzada de ángulo bajo, sin embargo, existen estratos con estratificación festonada y diversas marcas de flujo (flute marks, flute casts y saltación de granos). Las coloraciones gris claro, beige y verde claro, así como la ausencia de pirita en las rocas aquí descritas sugieren oxigenación en la sedimentación. Esta litofacies tiene variaciones, tanto vertical, como lateral, en dónde se intercalan capas delgadas de caliza y yeso, o bien, ocurre la intercalación de capas gruesas de ortoclonglomerado. En esta litofacies hay numerosas estructuras convolutas atribuidas a deformación de sedimento blando durante su depósito (Figura 2). En esta litofacies hay tobas de caída, de color verde o blanco descritas en trabajos previos (v.g. Rogers et al., 1956). El aporte volcánico de extracuenca permite diferenciar a los afloramientos de la Formación Ahuichila, con otros conglomerados continentales en el centro y norte de México que tienen vulcanismo intracuenca (Schulze, 1953; Aranda-Gómez y McDowell, 1998).

En esta asociación de litofacies existen varios icnogéneros. Planolites isp. (Nicholson, 1873), se presenta en corte transversal con forma cilíndrica o subelíptica simple, con 5 mm a 10 mm de diámetro, sin revestimiento externo y la litología del relleno es diferente al entorno litológico que le rodea como característica potestativa de este icnogénero. Hay varias trazas rectilíneas con 100 mm a 200 mm de longitud con morfología conservada en epirrelieve (Figura 3a - d). La superficie de la pared es lisa y homogénea. Hay trazas entrecruzadas que no tienen bifurcaciones y su acomodo es paralelo o suavemente inclinado al plano del estrato. Estas características concuerdan con descripciones realizadas para este icnogénero por Pemberton y Frey (1982), Buckman (1994) y Keighley y Pickerill (1995 ). Estas trazas también se reconocen en la asociación de facies de caliza lacustre. Las capas de litarenita en donde hay trazas son de grano fino y grano medio, con rizaduras de corriente, estratificación cruzada de ángulo bajo y canales pequeños. A escala de observación, el índice cualitativo de bioturbación IB varía de 2 a 3 (Taylor y Goldring, 1993). En capas de caliza de textura wackestone y packstone las trazas están asociadas a estratificación cruzada y con tapetes microbianos. Esta traza se identificó en el Frontón de Ahuichila y en cerro La Cruz (Figura 1).

Pemberton y Frey (1982), comentan que Planolites, “puede considerarse un sinónimo menor de Palaeophycus, pero se mantiene como un icnotaxón válido sobre la base de la estabilidad de la nomenclatura”. Este icnogénero está en ambientes marinos, fluviales, lacustres y eólicos (Pieńkowski, 2004; Ekdale et al., 2007). La traza es producida por tránsito de anélidos e insectos en busca de alimento y domicilio (Fillion y Pickerill, 1984; Seilacher, 1987). El icnogénero está asociado a la icnofacies Scoyenia (Buatois y Mángano, 1995, 1996, 2002) y está presente en rocas sedimentarias del Precámbrico al Holoceno.

Palaeophycus isp. (Hall, 1847), se encuentra en litarenita de grano medio fino a grueso, con estratificación cruzada de ángulo bajo, así como estratificación festonada. La morfología de la traza se conserva en epirelieve tubular con ~5 mm de diámetro, con curvatura en las puntas, su longitud subhorizontal tiene ~100 mm (Figura 3 d y e) y el relleno de las trazas es diferente a la matriz envolvente, característica potestativa de este icnogénero. El índice cualitativo de bioturbación IB es de 2 a 3 (Taylor y Goldring, 1993), en estratos de 20 cm a 30 cm de espesor y solo se reconoce en flujo hidrodinámico turbulento de la asociación de litofacies arenisca-limolita-lutita. Esta traza se encontró en el arroyo Colorado y puerto La Boquilla (Figura 1).

La identificación del icnogénero Palaeophycus es imprecisa. Hall (1847) no propuso un ejemplar tipo específico. Andrews (1955) es quien propone el material tipo de referencia para su designación original. El icnogénero Palaeophycus se considera como una estructura de alimentación de organismos suspensívoros o de detritus (Pemberton y Frey, 1982). Se registra en ambientes lacustre y fluvial (Melchor, 2004; Barras y Twitchett, 2016). Se asocia a la icnofacies Scoyenia (Buatois y Mángano, 2011). Su alcance estratigráfico se ha reportado desde el Precámbrico al Reciente.

Cochlichnus (Hitchcock, 1858), solamente se observó en la litofacies de litarenita -limolita- lutita y se presenta como relieves epi o hemi-cilíndricos y horizontales, con ~2 mm de espesor como promedio y unos pocos centímetros de largo, con pared lisa y no se observan estrías anulares ni ramificaciones. Su desplazamiento tiene morfología ligeramente curva a sinusoidal, así como rectilínea (Figura 3f y g). Este icnogénero se reconocen en la base del estrato. El índice de bioturbación IB de esta traza es 1 (Taylor y Goldring, 1993). Las estructuras sedimentarias (estratificación laminar cruzada de ángulo bajo y marcas flute cast) vinculan estas trazas fósiles con un régimen de flujo hidrodinámico parcialmente laminar. Estas trazas son moderadamente abundantes y se reconocieron únicamente en el puerto La Boquilla (Figura 1).

La principal característica descrita en la literatura para Cochlichnus es su morfología regularmente serpenteante, con amplias curvas sinusoidales. El icnogénero tiene paredes lisas o con estrías anulares, según la especie y nunca presenta ramificaciones o meniscaciones internas (Buatois y Mángano, 1995; Buatois et al., 1997). Se interpreta como un rastro de alimentación (Pascichnia), pastoreo (Agrichnia) o locomoción (Repichnia) de un nemátodo, anélido o una larva de insecto (Moussa, 1970; Metz, 1992; Buatois et al., 1997; Buatois y Mángano, 1995, 2004; Pazos et al., 2007). En la actualidad se conocen varios organismos pertenecientes a estos grupos que realizan trazas similares en aguas superficiales (Metz, 1992). La corta longitud del trazo y su disposición ampliamente serpenteante sugieren que el organismo productor no estaba en contacto continuo con el sustrato, sino que se movía a través del agua tocando brevemente el fondo.

Camborygma (Hasiotis y Mitchell, 1993), en el área de estudio tiene morfología constituida por un conducto tubular robusto y relativamente corto, dispuesto verticalmente, inclinado, o puede ser subhorizontal. Está ornamentado con nódulos, pero no anillado, con ~20 mm de diámetro y ~50 mm de longitud. La pared de la traza está rodeada por arenisca de grano mediano y el relleno tubular tiene arenisca de grano grueso (Figura 4a y b). En la parte inferior del conducto hay una cámara subglobular con pared irregular, que mide aproximadamente 40 mm de diámetro. Concurren varias estructuras similares aledañas entre sí, con un índice de bioturbación relativo IB 2 (Taylor y Goldring, 1993). Esta traza sólo se reconoció en el puerto La Boquilla (Figura 1).

Genise (2017) y Smith et al. (2008), describen el icnogénero Camborygma con dimensiones variables de longitud y diámetro. Los conductos tubulares simples o complejos con eje vertical, subvertical o subhorizontal y una cámara en la base de la galería, con rasguños y marcas de los organismos productores. Según la arquitectura de la estructura perforante, Hasiotis y Mitchell (1993) reconocen cuatro icnoespecies: Camborygma litonomus, Camborygma araioklados, Camborygma symplokonomus y Camborygma eumekenomus. Los tres primeros tienen un conducto de comunicación corto (como las trazas observadas en este trabajo) y la cámara de habitación se instala en la zona freática somera, mientras que la última icnoespecie construye un conducto largo para situar a la cámara de habitación en la zona freática, más profunda a la superficie, lo cual, no se aprecia en el material observado. El material estudiado en este trabajo no tiene elementos para identificar una icnoespecie particular. Camborygma se encuentra aledaño a depósitos de canal, dique, desborde de canal y planicie de inundación proximal, Keighley y Pickerill (1995) lo reportan en depósitos de paleosuelo, con niveles freáticos fluctuantes en bosques, matorrales y vegetación herbácea abierta. Hasiotis y Mitchell (1993) y Hasiotis y Honey (2000) y asocian a este icnogénero con la actividad de crustáceos decápodos (Cambaridae) de ambiente fluvial. Se interpreta como trazas de domicilio (Domichnia) en donde los organismos tratan de alcanzar el nivel freático para alojar su morada (Do Nascimento et al., 2017). Este icnogénero da nombre a la icnofacies Camborygma. Su edad abarca del Paleozoico Superior al Reciente, pero es muy abundante en el Mesozoico (Hembree y Swaninger, 2018).

En la Formación Ahuichila la traza ?Protovirgularia (McCoy, 1850) presenta mala preservación (Figura 4c). Su reconocimiento es dudoso; sin embargo, se presenta como estela bilobada en forma de quilla, con 2 cm de amplitud. La traza es horizontal a subhorizontal con ~15 cm de longitud, compuesta por costillas en forma de chevrón dispuestas para formar un patrón carinado. La sección transversal del sendero es descrita trapezoidal, amigdaloidal a triangular y se conserva como epirrelieve convexo/cóncavo e hiporelieve positivo (Han y Pickerill, 1994; Uchman, 1998). Sólo una traza se observó en la litofacies de arenisca-limolita-lutita en el puerto La Boquilla.

De acuerdo con su etología, Protovirgularia pertenece a Repichnia como forma de desplazamiento de bivalvos protobranquios vágiles (Gibert y Domenèch, 2008), artrópodos o anélidos; es cosmopolita en ambiente marino y continental (Knaust, 2022). Las características morfológicas de Protovirgularia son similares a varias estelas horizontales (Knaust, 2022), como Cruziana, Scolicia, Nereites y Psammichnites. Cruziana bilobada tiene numerosas marcas de arañazos a ambos lados del surco, una característica no observada en ?Protovirgularia. Scolicia es bilateralmente simétrico y carece de costillas en chevrón que se desarrollan típicamente en Protovirgularia. Nereites tiene un surco mediano más ancho en lugar de una cuerda central, los lóbulos estrechamente espaciados a cada lado del surco y nunca son chevrón en comparación con Protovirgularia. La falta de una estructura dorsal mediana (p. ej., una cresta/surco recto) distingue a Protovirgularia de Psammichnites.

2.3. Litofacies caliza lacustre

Hay caliza lacustre con texturas wackestone y packstone de peloides y ostrácodos (Figura 4), las capas son delgadas y lateralmente continuas, con laminación paralela y laminación cruzada, esporádicamente hay deformación sinsedimentaria (Figura 2). En varios estratos hay microbialitas con morfologías diversas (Chacón-Baca et al., 2022), como desarrollo laminar (Figura 4), crecimiento botroidal y posibles trombolitos. La presencia de Planolites isp., en el cerro La Cruz (descrito con anterioridad), aunado a rizolitos, apoya la idea de un ambiente lacustre (Figura 3c).

Estructuras sinsedimentarias deformadas observadas en la localidad de Lomas Prietas, constatan un régimen inestable en su depósito. En la sucesión estratigráfica de la Formación Ahuichila no se reconocen facies que sugieran la presencia de depósitos fluviales que haya alimentado a un lago perenne, de lo que se infiere que la asociación de carbonatos se acumuló en una cuenca cerrada (Eguiluz-de Antuñano et al., 2022a).

2.4. Litofacies evaporita-dolomía-con detritos finos

Esta litofacies en la Formación Ahuichila tiene un espesor mayor a 500 m. La evaporita se identifica como yeso y anhidrita, las cuales se caracterizan por presentar estructuras de tela de gallinero (chiken wire), enterolíticas, tipi (teepee structure) y/o polígonos de desecación. La evaporita tiene laminaciones paralelas de limolita y se intercala con capas delgadas de dolomía y microdolomía. En estos afloramientos hay rizolitos y Thalassinoides isp., así como carpetas microbianas con aspecto laminar, dendrítico y ondulado, las cuales interrumpen a los estratos de yeso (Eguiluz-y de Antuñano et al., 2022a). Thalassinoides (Ehrenberg, 1944), se describe en la literatura como un sistema de galerías amplias con elementos tanto verticales como horizontales, galerías cilíndricas, ramificación regular, caracterizada por bifurcaciones en forma de Y, así como ensanchadas en el punto de bifurcación. Los elementos horizontales se unen para formar polígonos con galerías y las dimensiones son variables (Yanin y Baraboshkin, 2013). Esta traza se identifica en la Formación Ahuichila, tanto en las litofacies arenisca-limolita-lutita (Figura 3d), como en la litofacies evaporita-dolomía-detritos finos (Figura 4d). Se presenta en galerías horizontales pobremente definidas, con ramificaciones en forma de Y, con pared lisa que forman un sistema de galerías simple con 1 cm de diámetro y ramificaciones. La longitud es variable (de 2 cm a 20 cm), se conservan en epirrelieve intercalado entre yeso, anhidrita y detritos finos, con rastros horizontales que se conectan a la superficie mediante ejes verticales o muy inclinados. Thalassinoides se encuentra asociado con Palaeophycus y posibles rizolitos. Imágenes de los ejemplares se obtuvieron en los arroyos Colorado y El Yeso (Figura 1).

3. Discusión

La icnofacies Scoyenia se identifica por presentar icnodiversidad baja, en ocasiones monoespecífica o pocos icnogéneros y similitud con icnoasociaciones marinas (Frey et al., 1984). Esta icnofacies se presenta en una diversidad de subambientes continentales, periódicamente expuestos e inundados (v. gr. llanuras de inundación, lagos efímeros, zonas de transición entre áreas fluviales y lacustres) y áreas en márgenes de lagos (Buatois y Mángano, 1996; Melchor et al., 2006 ; Wang et al. 2016). Generalmente Scoyenia también se asocia con Skolithos, Cruziana, Palaeophycus y formas comunes en ambientes marinos (Buatois y Mángano, 1996). Melchor (2004) tipifica a la icnofacies Scoyenia en sedimentos detríticos bien oxigenados de planicies de inundación y litoral lacustre. Las condiciones paleoambientales arriba enunciadas se ven reflejadas en las litofacies y la asociación de icnogéneros que tiene la Formación Ahuichila, por lo que estas condiciones se vinculan con la icnofacies Scoyenia (Seilacher, 1987), relacionada con llanuras de inundación y zonas de transición entre ambientes subaéreos y subacuáticos, con trazas horizontales de alimentación, trazas de habitación y de desplazamiento en donde hay diversos icnotaxones (Scoyenia, Beaconites, Taenidium, Skolithos, Camborygma, Cruziana, Diplichnites y Umfolozia), icnotaxones que son parcialmente reconocidos en este trabajo.

Las asociaciones de litofacies de la Formación Ahuichila muestran cambios substanciales de granulometría, fábrica con texturas y estructuras diversas, así como coloración particular que individualizan sistemas de depósito. Las características litológicas para la litofacies de paraconglomerados presentan poco transporte relativo e inmadurez (Eguiluz-y de Antuñano et al., 2022a). Se interpreta como depósito de relleno de canal y de abanicos aluviales proximales (Miall, 1978, 2010), con ausencia de icnofósiles. La litofacies arenisca-limolita-lutita tienen estructuras sedimentarias que se interpretan como flujo hidrodinámico predominantemente turbulento sobre el flujo laminar. Esta litofacies posee el mayor contenido y diversidad de trazas, comparada con las litofacies de evaporita, caliza y detritos finos con menor diversidad. Los icnogéneros Palaeophycus, Planolites y Thalassinoides, se reconocen en tres conjuntos de litofacies, mientras que hay concentraciones de Camborygma, Cochlichnus y una aislada traza de posible Protovirgularia, en sólo una litoasociación en puerto La Boquilla. El conjunto icnofosilífero apoya la interpretación de condiciones paleoambientales fluviales y de planicie aluvial, con flujo laminar a turbulencia variable expresadas por estratificación cruzada, canales pequeños y diversas marcas de flujo (flute casts y saltación de granos), ambiente sugerido anteriormente (Eguiluz de Antuñano et al., 2022a). Las características litológicas de las rocas carbonatadas y sus relaciones estratigráficas, verticales y laterales, se interpreta que su depósito es un ambiente lacustre somero, con inundaciones efímeras (Talbot y Allen, 1996) y lapsos con evaporación con la formación de salmueras (Lowenstein y Hardie, 1985) y/o formación de horizontes de suelo en un clima cálido y aporte hídrico intermitente. En la litofacies evaporita -dolomita- los detritos finos sugieren flujo laminar, medios en donde se reconoce Thalassinoides y rizolitos. Las grietas de desecación representan un ambiente con periodos húmedos alternos con sequía y exposición subaérea, lo cual ocurre en depósitos de planicie fluvial y lacustre en ambientes de oxidación, con energía baja a moderada (MacEachern et al., 2010).

Estas características litológicas inducen a interpretar en su conjunto que el ambiente de depósito de esta asociación está relacionado con una cuenca cerrada, con uno o más lagos hipersalinos. Las estructuras tipi y polígonos de desecación que sugieren condiciones de evaporación y deshidratación, aunado a superficies irregulares contorsionadas originadas por posibles superficies de disolución (Lowenstein y Hardie, 1985; Boggs, 1995; Bohacs et al., 2000; Renaut y Gierlowski-Kordesch, 2010), así como capas plegadas por probable proceso de deformación sinsedimentario, con esporádicas brechas de dolomita y yeso que sugieren erosión y transporte local y efímero.

El potente espesor de la sucesión sedimentaria (con más de 1000 m), aunado a numerosas estructuras convolutas en siliciclastos, con pliegues y fallas discretas en rocas carbonatadas, se conciben como deformación de sedimento blando, no reportado con anterioridad. Estos datos sugieren que la subsidencia estuvo sujeta a tectónica activa durante el depósito de la Formación Ahuichila.

4. Conclusiones

Este trabajo es el primer registro en el noreste de México que describe la morfología de los icnogéneros Planolites, Palaeophycus, Cochlichnus, ?Protovirgularia, Camborygma y Thalassinoides, relacionados a la icnofacies Scoyenia, en facies continentales del Paleógeno. Los icnofósiles en la Formación Ahuichila (Oligoceno) se encuentran en diferentes asociaciones litológicas y permiten corroborar la interpretación del ambiente fluvial y lacustre previamente propuesto.

El contenido icnofósil se asocia a regímenes de flujo hidrodinámico, tanto turbulento, como laminar. Las estructuras sedimentarias con deformación de sedimento blando reportadas en este depósito y su potente espesor sugieren que su génesis se vincula a un régimen tectónicamente inestable, en una cuenca con subsidencia activa, lo cual, aporta información adicional que apoya interpretaciones previas al estudio de esta formación.

Agradecimientos

Se agradece a los revisores anónimos que contribuyeron con acertadas opiniones para publicar lo aquí expresado.

Referencias

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Figura 1. Localización del área en el estado de Coahuila. Mapa geológico con la ubicación de las secciones estratigráficas estudiadas: el Frontón de Ahuichila (1), cerro La Cruz (2), arroyos Colorado (3), El Yeso (4) y puerto La Boquilla (5). Icnogéneros presentes en las secciones estratigráficas: Planolites (Pl), Palaeophycus (Pa), Thalassinoides (Ts), Camborygma (C), Cochlichnus (Co), ?Protovirgularia (Pr).

Tabla 1. Localización de icnogéneros por localidad. En X y Y están las coordenadas Universal Transversa Merecator DATUM WGS84, carta topográfica INEGI G13D48. Con las estructuras sedimentarias se interpreta el flujo hidrodinámico de depósito. Explicación en el texto.

Localidad

X

Y

Icnogénero

Estructuras sedimentarias

Flujo

1 Frontón Ahuichila

735076

2774625

Planolites

Rizaduras de corriente, estratificación cruzada, canales

turbulento

2 Cerro La Cruz

739382

2780890

Planolites

Estratificación cruzada en packstone

turbulento

3 Arroyo Colorado

755453

2771092

Palaeophycus, Thalassinoides

Estratificación festonada

turbulento

4 Arroyo El Yeso

753910

2774730

Thalassinoides

Estratificación laminar paralela

laminar

5 Puerto La Boquilla

770452

2765404

Camborygma

Estratificación laminar paralela

laminar

Palaeophycus

Estratificación cruzada, flute casts

turbulento

Cochlichnus

Estratificación cruzada, flute casts

turbulento

Planolites

Estratificación cruzada, flute casts

turbulento

?Protovirgularia

Estratificación laminar paralela

laminar

Figura 2. Deformación de sedimento blando en estratos de la Formación Ahuichila: litofacies arenisca-limolita-lutita en el arroyo Colorado (a). Pliegue y falla oblicua (línea roja cortada) en caliza con carpetas microbianas en la localidad Lomas Prietas (b). Capas de limolita y toba con pliegues convolutos en el arroyo Colorado (c).

Figura 3. Planolites isp. (Pl) en las litofacies arenisca-limolita-lutita en el Frontón de Ahuichila (a), en puerto La Boquilla (b) y en litofacies de caliza en cerro La Cruz (c). Thalassinoides (Ts) y Palaeophycus (Pa) asociados en arroyo Colorado (d) y Palaeophycus en puerto La Boquilla (e). Cochlichnus (Co) con traza sinuosa en la base de estratos de litofacies arenisca-limolita-lutita (f). Cochlichnus de forma rectilínea (g), en puerto La Boquilla (Tabla 1), con flujo de corriente indicado con línea cortada en flecha.

Figura 4. Camborygma isp. (C) en estratos de arenisca conglomerática en puerto La Boquilla (a), detalle en recuadro (b). ?Protovirgularia isp. (Pr) en estratos de arenisca de grano mediano en puerto La Boquilla (c). Thalassinoides isp. (Ts) en estratos de terrígenos finos y evaporita en el arroyo del Yeso (d). Capas de tapetes microbianos en caliza en el cerro La Cruz (e). Ostrácodos (O) observados con luz polarizada al microscopio petrográfico en cerro La Cruz (f).

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Paleontología Mexicana, Vol. 13, núm. 1, 15 de enero de 2024, es una publicación semestral  (enero y julio) editada por la Unidad Editorial del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, CDMX. El editor en jefe es el Dr. Josep Anton Moreno Bedmar, CE josepamb@geologia.unam.mx y la editora técnica es la Mtra. Sandra Ramos, sandraram@geologia.unam.mx. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2022-072810185500-102, ISSN (revista impresa): 0185-478X, e-ISSN (versión electrónica): 2007-5189, ISSN-L: 0543-7652. http://www.ojs-igl.unam.mx/index.php/Paleontologia/index. https://twitter.com/paleontologiam Fecha de la última modificación, 15 de junio de 2023.

 

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