Características metalogenéticas de los depósitos de tipo pórfi do cuprífero en México y su situación en el contexto mundial

Martín Valencia-Moreno, Lucas Ochoa-Landín

Resumen


La abundante actividad
magmática ocurrida durante el fi n del Mesozoico y el inicio del
Cenozoico a lo largo de la
Cordillera oeste de Norte América, produjo
el emplazamiento de numerosos
centros de mineralización de tipo pórfi
do de
cobre. Esta actividad se extendió también por todo el occidente
de México,
particularmente por la región noroeste del país.
Esta
región junto a las regiones aledañas de Arizona y New Mexico, en el
suroeste de los Estados Unidos, constituye uno
de los centros con
mineralización de cobre más importantes en el
mundo, que puede
competir en tamaño con los famosos
depósitos de la Cordillera oeste
de Sur América. La mayor parte de los
depósitos de cobre en México se
localizan en la
porción oriental del cinturón magmático Laramide
(90-40 Ma) y
predominantemente tienen edades entre 75 y 50 Ma.
Los
depósitos más grandes y mejor preservados se localizan en el
noreste
de Sonora, en la parte norte del cinturón, donde
Cananea (~30 Mt Cu)
y La Caridad (~8 Mt Cu) contienen acumulaciones de
metal de gran
relevancia a escala mundial.
La mineralización de cobre está
comúnmente acompañada por
concentraciones localmente importantes de
molibdeno,
tungsteno y oro. La distribución de estos metales está
aparentemente asociada
a cambios regionales en el tipo de basamento
en el cual se emplazó la mineralización. En general se distinguen
tres
dominios principales: el dominio norte caracterizado
por un
basamento cristalino proterozoico asociado a los terrenos Norte
América y Caborca; un dominio central compuesto
por rocas paleozoicas
de cuenca marina profunda subyacidas por las
rocas cristalinas del
terreno Caborca, también
defi nido como el terreno Cortés; y un
dominio sur representado por
secuencias mesozoicas de arco de islas
del Terreno
Guerrero. Los datos isotópicos de Sr y Nd disponibles
muestran que los
plutones laramídicos en los dominios norte y
central
tienen fi rmas más evolucionadas en comparación con las del dominio
sur, lo cual sugiere que el tipo de basamento
intrusionado tuvo una
infl uencia importante en la composición fi nal de los
magmas
laramídicos, y pudo haber actuado
también como un importante control
en la distribución espacial de los
metales asociados a los sistemas
de tipo pórfi do
cuprífero del noroeste de México. En general, aunque
los metales no están
limitados geográfi camente, se puede apreciar
una predominancia de depósitos de Cu-Mo-W en la parte norte y
central
del cinturón subyacida por rocas antiguas de
afi nidad
norteamericana, la cual hospeda los depósitos más
importantes.
Además, existen varias chimeneas brechoides con
altas leyes de
molibdeno en esta misma porción del cinturón, justo al sur
de la
región de Cananea y La Caridad, lo cual
sugiere un levantamiento
tectónico y erosión relativamente mayor. Más hacia
el sur, el
cinturón está subyacido por rocas
más jóvenes de afi nidad oceánica,
caracterizadas por el Terreno
Guerrero. La mineralización es
típicamente de Cu-Au y
se encuentra bien distribuida en esta parte
del cinturón; sin embargo,
las dimensiones de los centros
mineralizados conocidos
hasta ahora son relativamente pequeñas,
siendo los depósitos de El Arco
en Baja California (~3.6 Mt Cu) y
Santo Tomás en el norte de Sinaloa
(~1.1 Mt Cu), los ejemplos más
signifi cativos. Este tipo de
mineralización se extiende aún
más hacia
el sur por los estados de Michoacán, Guerrero y Chiapas, en
la
porción más meridional del país, sin embargo
las posibilidades
económicas en esta región parecen ser muy limitadas
en comparación
con la parte norte del cinturón.


Palabras clave


Pórfi do; cobre; México; magmatismo; metalogénesis.

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